lunes, 26 de marzo de 2007

Roger Waters en el Estadio Universitario








Tenía pendiente reseñar sobre el evento, por cuestion de tiempo no habia podido.

Primero, la historia previa a poder ir al concierto.
El haber tenido la oportunidad de ser partícipe de un evento de esta magnitud, se lo debo a mi compadre Héctor V, quien desde como un mes antes, estuvo jode y jode, y siendo que no soy ni cercanamente fanatico ni mucho menos conocedor de Pink Floyd, pues tenía cierta renuencia a asistir, pero hasta el mero día del concierto hubo presión, y pues no me arrepiento, tuve que ceder.

Mi compadre compró boletos de chanca B, $500 pesotes, mas o menos de media cancha para atrás. Llegué como a las 7:15, como a los 10 minutos mi compadre, y media hora despues su chaval. Total, para adentro.

El escenario, impresionante, enorme, y lo que para mi, sorprendente, la escenografía: un radio, un modelor de avion de la epoca de la II Guerra Mundial, unos soldaditos,una botella de Johnny Walker Red Label, que dan la apariencia de formar parte de la escenografía, a mi ver, eran inflables, pero... no. al momento de que una mano ENORME se atraviesa por el escenario, toma la botella de whiskey, se sirve un vaso, todo dando la perfecta imagen de estar realmente en el escenario, en 3D, me puso a pensar en "a cañón, ¿como le hicieron?". En realidad, todo era una proyección en la pantalla de fondo del escenario. ¿Como le hacen para que se vea en 3D? Allí si no sé, pero se ve de poca.

Puntualmente empezó el concierto, la producción bastante buena, efecto de sonido, pantallas gigantes, la música, luces, el prisma de laser colgando del escenario, incluso el puerquito que salio volando y ha de haber ido a parar en algun techo de Santa Catarina, estuvo de pelos.


Si he de ser sincero, en sí la musica, pues como no la conozco, no puedo opinar al respecto, pero la raza estaba bien prendida. Si algo le pudiera "criticar" al concierto, es el poco espacio que el formato del mismo deja para la interaccion con el publico. Supongo que el concierto de Monterrey, el del DF, el de Londres, etc, fueron casi iguales; mismo tiempo, misma secuencia, mismos elementos. Desde que empieza, hay una secuencia de musica, proyeccion, sonido, en perfecta sincronía, que le da cierta rigidez al espectáculo, pero a fin de cuentas no le resta calidad. En resumidas cuentas, estuvo con madres.

Como lo dijo mi compadre:"Despues de este concierto ya me puedo morir a gusto".

Compadre, mil gracias, como lo dije mas arriba, no me arrepiento. Te debo una.
Ahora me toca llevarte a ver a Aerosmith.

No hay comentarios.: